PARQUE
NACIONAL DE SARIGÜA: una acampada diferente
Por: Maité Rodríguez (Especial para
Excelencias Turísticas).
Parque Nacional de Sarigüa: una
acampada diferente Por: Maité Rodríguez (Especial para Excelencias Turísticas)
Parque Nacional de Sarigüa es sin dudas un lugar diferente en la verde y rica
geografía de Panamá. A solo 45 Km de Chitré, capital de la provincia de
Herreras, en la península de Azuero, el viajero encuentra hoy una región
costera árida debido a las continuas inundaciones de agua salada que han
ocurrido en el Istmo de Panamá. Suelos secos, agrietados, y una vegetación muy
baja, determinan la fisonomía de las 8 000 hectáreas del Parque Nacional de
Sarigüa, donde se localizan los restos de un importante asentamiento
precolombino y una antigua aldea agrícola, de 11 000 y 5 000 años de
antigüedad, respectivamente. En aquel remoto pasado, Sarigüa ofrecía las
mejores condiciones para acoger la vida: exuberante vegetación, zonas de
pastoreo y abundante caza de aves de diferentes especies, además de armadillos,
ñeques, mapaches, saínos y el venado cola blanca. El Sarigüa de los tiempos
actuales ofrece una imagen radicalmente opuesta: todo hace creer al visitante
que está en el desierto. Pero, aun cuando en la zona no haya una sola gota de
agua, este Parque Nacional no es en verdad una zona desértica. El fuerte
proceso de salinización (sal en la tierra) que ha experimentado la región ha
dado lugar a la formación de la albina (zona de tierra afectada por el mar),
que cubre el 80 % de este territorio y es influenciada por las mareas quienes
mantienen la sal en la tierra. La conformación de este paisaje de «desierto» es
consecuencia de la devastación paulatina que ha sufrido el área desde hace 2
500 años por la falta de planificación de los seres humanos. A mitad del siglo
XX llegaron los colonizadores y devastaron la zona, también afectada después
por los trabajos de una empresa camaronera instalada en Sarigüa. Bosques
costeros que antiguamente llegaban hasta los manglares fueron destruidos. Hoy
en día se han desencadenado importantes fenómenos de erosión por la escorrentía
de aguas que se vierten en los ríos Parita y Villa. Las autoridades panameñas
realizan estudios encaminados a neutralizar los cuatro factores que propician
el crecimiento de la salinización en esta zona: detener los efectos negativos y
naturales que causan el viento, las altas temperaturas, la sal y la erosión. En
1979, la zona fue declarada como «área de protección de recursos naturales»,
acción que devino en la creación de este Parque Nacional que alcanza hoy
reconocimiento nacional e internacional por sus valores históricos,
antropológicos, ecológicos y económicos. En esta región, al igual que en el
resto del país, hay dos estaciones; una seca y otra lluviosa. La estación seca
se extiende de diciembre a abril y la lluviosa de mayo a noviembre con una
precipitación anual de 967.53 mm. Durante la temporada seca, en Sarigüa se
levantan grandes tormentas de arena y se pueden divisar también algunos
espejismos en el área de las albinas (frágil ecosistema). En especial en el
verano, una gran extensión del parque se vuelve como un desierto de polvo suave
en el que la vegetación existente está integrada básicamente por cactus, mangle
y algarrobillo, entre otras especies. El Parque Nacional Sarigüa casi no
presenta fauna debido a su ambiente desértico, aunque se pueden observar
diversas aves marinas y debido a las condiciones ambientales del parque, en el
habitan pequeños mamíferos, reptiles y anfibios, además de las 162 especies de
aves migratorias que se han registrado en la región. La temperatura fluctúa
entre los 41º C en el día, y los 19 º C en la noche, lo cual la aproxima al
clima del desierto y convierte a Sarigüa en el único lugar de Panamá donde se
da un cambio tan brusco de temperatura que provoca la rápida fracturación y
pulverización de las rocas. Por sus valores singulares esta área ha atraído la
atención de científicos y estudiantes, además del fomento de actividades
económicas entre las que se destacan la agropecuaria, la industria licorera y
la alfarera. En el Parque Nacional de Sarigüa las tradiciones folclóricas
también tienen su espacio con la realización de eventos como los Carnavales de
la Berraquera y el famoso festival del Manito en Ocú. Resaltan entre los demás
puntos, el sitio Arqueológico Carita Pintada, el Museo de la Nacionalidad en
Ocú y el proyecto de la Iguana Verde donde el visitante puede observar la
reproducción de esta especie en cautiverio; la estación Ecológica Humbolt sitio
de allanamiento de aves migratorias en Panamá, el Ceregón de Mangle colonia de
Garzas reales y único lugar de nidificación de estas aves en el país. Para
acampar en Parque Nacional de Sarigüa hay que llevar toda el agua que se va a
necesitar, la cual para más detalles puede ponerse muy caliente al mediodía.
Como no hay donde bañarse, el plan ideal es llegar en la tarde cuando el sol ya
no está muy alto en el cielo y hacer campamento en el medio de este «desierto
». A la mañana siguiente, cuando ya el día se esté poniendo cálido es buena hora
para empacar y mudarse a una playa o un río, de las tantas que quedan cerca.